Venezuela: la revolución a examen

El 7 de Octubre de este año, Venezuela va de nuevo a elecciones presidenciales. Los candidatos ya están definidos. Hugo Chávez por el lado progresista del proceso bolivariano. Capriles Radonski por la contrarrevolución ligada a la burguesía nacional y al imperialismo. Será otra jornada donde se juega el destino de los venezolanos. O las grandes mayorías históricamente olvidadas continúan avanzando en la conquista de una vida mejor o se regresa al neoliberalismo más cruel y los índices de miseria siempre crecientes.

Gran parte de lo que está en juego es el destino de la industria petrolera. En este momento está al servicio del pueblo. En el caso –muy poco probable de una victoria de la reacción– ella volvería a estar al servicio de las grandes transnacionales. Quien lo dice es Ramos Allup, del partido Acción Democrática, que apoya a Radonski, pero que admitió hace poco que fuerzas de la Mesa de Unidad Democrática (alianza antichavista) quería incluir la privatización de PDVSA en el programa de gobierno.

Según una investigación de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), en “2010 el número de venezolanos en situación de pobreza se situó en 27,8%”, lo que indica que Venezuela es el tercer país de la región con menos pobres (Argentina y Uruguay 8,6%, Panamá 25,8%). Colombia, que comúnmente se presenta por los medios como un país ejemplo, está entre los que tienen más pobres (44,3%).

La CEPAL destaca igualmente que es evidente el resultado de las políticas populares de la administración bolivariana: entre 2001 y 2010 el porcentaje de pobres pasó de 48,6% a 27,8%. Mientras tanto, la pobreza extrema descendió de 22,2% a 10,7%. Sólo otro país de Latinoamérica presenta mejores números: Ecuador.

¿A qué se debe este progreso? A lo que tanto critican la oposición y el mundo capitalista; a la inversión social, que “pasó de 36% a 62%”. En los últimos once años, el gobierno de Hugo Chávez invirtió cerca de 400 mil millones de dólares en programas sociales destinados a mejorar las condiciones de vida de los sectores de menos recursos. La oposición capitalista no perdona este “pecado”, porque antes esa masa de dinero iba a parar a sus bolsillos.

Pero, no es sólo la CEPAL quien confirma los progresos del proceso bolivariano a lo largo de más de una década.

El Índice Gini, que mide los niveles de desigualdad, muestra que Venezuela es hoy el país menos desigual de América Latina. El ideal del índice (que va de 0 a 1) es estar lo más cerca posible de 0.

Venezuela pasó de 0,49 a 0,39. El país del subcontinente que más cerca está es Uruguay con 0,44. Chile, otro ejemplo del neoliberalismo, está en 0,52.

Después de leer lo anterior (que es sólo una visión parcial de los avances de los últimos años) es fácil de entender que, según el más reciente sondeo (trabajo de campo 27 de enero al 4 de febrero), casi 58% de los encuestados declaren estar a favor de Hugo Chávez. Cerca de 35% votarían en contra, y todavía quedan un 13% que se dicen “indecisos”.

La lectura de esta proyección gana más importancia en la medida en que sabemos que, en julio de 2011, el nivel de aceptación no llegaba a los 49%, y que en octubre ya estaba cerca de 53%. Y los “indecisos” tienden a reducir su peso: 13,2% y 12,3%, respectivamente.

En la encuesta elaborada por la empresa IVAD, otra pregunta reveló que 60,1% estaría de acuerdo con la reelección de Hugo Chávez, contra un 36% que dicen que no y 3,9% que no saben/no responden.

Fuente: tercerainformacion.es

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