El gran empresariado, al rescate de un Gobierno en ‘default’

Hay dos clases de default, el económico y el psicológico. España no está incursa en el primero, pero su Gobierno sí en el segundo”.
Esta es la afirmación taxativa de un alto directivo de una compañía española integrada en el Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC). La semana que acaba ha dejado la desesperanzada imagen de un Gabinete con graves síntomas de impotencia y perplejidad. Con la escalada de la prima de riesgo hasta más allá de los 500 puntos básicos, la Bolsa en niveles de cotización de 2003, las grandes compañías descapitalizadas y la nacionalización de BFA-Bankia convertida en un escándalo de consecuencias aún no predecibles, el Gobierno de Mariano Rajoy pierde credibilidad a borbotones.

Los grandes empresarios españoles agrupados en el CEC, liderados por César Alierta (Telefónica), Emilio Botín (Santander) e Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), sin embargo, creen que Luis de Guindos tiene razón: la percepción de la situación de España y de su economía es peor que su realidad; y los mercados exageran la penalización que objetivamente merecería nuestro país, castigando excesivamente la deuda soberana española.


El CEC, que reúne a 17 grandes gestores y empresarios encabezados por el presidente de Telefónica (y cuyas empresas facturan el equivalente a más del 35% del PIB español y emplean a más de 1.700.000 personas), constituido en febrero de 2011 para apostar por la competitividad y defender la marca-país (“nuestro nombre es competitividad y nuestro apellido la confianza en España”, dijeron entonces) emitirá en pocos días un amplio informe cuyas líneas generales están ya cerradas, aunque el texto aún es un borrador sometido a cambios.

César Alierta anunció el texto el pasado 17 de mayo en la Junta General de Accionista de Telefónica. Sin que nadie le preguntase, el aragonés sostuvo que “España es un país muy solvente, tanto en el ámbito privado como en el público”, aseguró que la situación de nuestro país, es “mejor de lo que se dice en algunos foros económicos”, valoró positivamente las reformas del Gobierno y anunció el informe del CEC. A las declaraciones del presidente de Telefónica le precedieron las de Sánchez Galán el pasado día 10 (“Las reformas estructurales darán los frutos deseados en el futuro: un crecimiento sostenido y robusto”, pero hay que aplicar “paciencia y confianza”) y las muy terminantes de Emilio Botín en la Junta General de Universia. El presidente del Santander dijo no compartir “en absoluto los comentarios tan negativos que se están haciendo sobre España, que lo único que hacen es generar nerviosismo e incertidumbre”.

Los empresarios consideran que la prima de riesgo no debería superar los 150 puntos básicos y destacan que el sistema financiero ha aportado para su saneamiento 160.000 millones
Botín aseveró también que los mercados y las agencias de rating “centran su atención en las dificultades más inmediatas que afectan tanto a España como a Europa, dejando en un segundo plano el peso que merece el profundo esfuerzo reformista que está acometiendo nuestro país”. El cántabro aseguró que las reformas del Gobierno “están sentando las bases para una economía más flexible, productiva y estable en el futuro”.

Pese a que caen chuzos de punta sobre nuestra economía, el CEC, siguiendo la estela de estos tres gestores, parece que no se arredra. En su informe, todavía sin cerrar, y bajo el epígrafe de “Crecimiento y sostenibilidad de la economía española”, defenderá que el sistema financiero español es, en su conjunto, solvente porque entre otras reformas ha realizado saneamientos y provisiones desde 2007 hasta la actualidad por un importe superior a los 160.000 millones de euros; los grandes empresarios consideran también que el stock inmobiliario de la entidades financieras está comenzando a disminuir y podría absorberse en tres o cuatro años; constatará que las líneas de financiación del ICO (de más de 55.000 millones) destinadas a pequeñas y medianas empresas podrían generar entre 75.000 y 100.000 empleos, que serían más si el comportamiento del sector turístico es positivo, como resulta previsible. Las exportaciones presentan un buen comportamiento (+3%).
El texto del CEC va a acreditar también que están aumentando las tasas de competitividad y productividad. Detectan, asimismo, una ligera recuperación de la demanda interna. La valoración de las reformas gubernamentales será positiva. En particular, la reforma laboral, porque nos estaría alineando con los países de nuestro entorno, y la ley de Estabilidad Presupuestaria y Financiera, que consideran muy especialmente porque ofrece certeza en las cuentas de las Administraciones Públicas. Especial consideración merecería el acuerdo logrado entre el Gobierno y las Comunidades Autónomas en el Consejo Fiscal y Financiero celebrado el pasado jueves.

Todas estas circunstancias, a las que se añade la internacionalización que diversifica los riesgos de las grandes compañías nacionales (en el informe habrá especial mención a los mercados 
latinoamericanos), estarían componiendo una realidad mejor de la percibida por la opinión pública, los mercados y las agencias de rating. Está por ver si el CEC se atreve a mantener lo que ahora consta en el borrador del informe, esto es, que la prima de riesgo española no debería sobrepasar los 150 puntos básicos. Todo un desafío a los mercados suscrito por los responsables máximos de grandes firmas de dimensión internacional. Ayer, Amadeu Altafag, portavoz de la Comisión Europea, parecía avalar esta tesis al subrayar que España no “debía pensar en el rescate” porque está “haciendo las reformas debidas”. No faltan voces en CEC que alertan de que, quizás, “demos la impresión de ser demasiado voluntaristas”.
El Ejecutivo se ha equivocado en los tiempos (demora de los Presupuestos y en tomar medidas en Bankia), en la implementación de las reformas (prácticamente todas están pendientes de ejecución) y ha carecido de capacidad pedagógica y comunicativa
“Los peores momentos en cuanto a desánimo colectivo”
Desde fuentes próximas al Consejo se confía en que este informe -que será presentado y publicitado conforme a un plan aún no perfilado y sobre el que se debatirá la próxima semana- inyecte una esperanza realista en estos momentos que se consideran “los peores de los últimos años en cuanto a desánimo colectivo”. Pese al chute de autoestima que los empresarios pretenden, las críticas al Gobierno -que no se contemplan en el borrador del informe- son muy claras. El Ejecutivo se ha equivocado en los tiempos (demora de los Presupuestos y en tomar medidas en Bankia), ha errado en la implementación de las reformas (prácticamente todas están pendientes de ejecución, la financiera a reserva de la tasación de las carteras crediticias y la energética a medio hacer) y ha carecido de capacidad pedagógica y comunicativa, aspectos todos ellos “sobre los que debe hacer una reflexión tan valiente como comprometidas son las valoraciones que se contendrán en el informe”.

Por otra parte, las compañías que integran el CEC están muy preocupadas por las calificaciones de las agencias que se otorgan en función del riesgo-país, de tal manera que se ven penalizadas por su españolidad, de ahí que insten a una decidida acción de comunicación internacional de las fuertes reformas estructurales que se están aprobando y los logros de modernización de nuestros sectores productivos.

El jueves Moody´s rebajó la calificación a 16 entidades, entre ellas al Santander, BBVA, Bankinter y Caixabank, circunstancia que avala la preocupación sobre el desmesurado riesgo-país al que han de enfrentarse las grandes corporaciones españolas. Fuentes del CEC subrayan que “lo más difícil de manejar y el contra indicio de nuestra mejoría es el desempleo”, que este año podría situarse en el 25% de la población activa, una de las variables negativas que ha manejado Moody´s para calificar a nuestras entidades. Otra preocupación empresarial: la baja capitalización de las empresas del IBEX les hacen “presas fáciles”, de ahí que se plantee al Gobierno algún tipo de blindaje contra el capital extranjero similar al que ha hecho Mario Monti en Italia, especialmente en el sector energético, financiero y de defensa.

Este informe del Consejo Empresarial de Competitividad -“A ver si el Gobierno sale con él del default psicológico que le atenaza”- sería el segundo de los emitidos por el organismo. El primero se hizo público en julio del pasado año bajo el título ‘Fortalezas y expectativas de la economía española. Spain´s Equity Story’ (76 folios), y su tono era de reclamación de reformas y medidas confiando en que, con ellas, España podría superar la crisis. Este documento del CEC coincidirá prácticamente con el consenso económico del segundo trimestre de 2012 elaborado por PWC dirigido por un grupo de expertos que han consultado a 310 panelistas empresariales, del mundo académico y la investigación económica y asociaciones profesionales. Algunas conclusiones de este consenso convergen con las que incorporaría el informe del CEC.

En el diseño de la recuperación -los empresarios no entran en consideraciones de carácter institucional- la aportación al debate de este tipo de informes y documentos, sería muy positiva “si hiciesen sinergia con otras iniciativas de parecido corte y, sobre todo, si se logran comunicar a los centros decisores con credibilidad y convicción”. Tarea que es una de las asignaturas pendientes del actual Gobierno. Veremos si el CEC desafía la coyuntura y da a conocer en los próximos días el segundo de sus informes, que muchos de sus miembros consideran “estratégico” en la actual situación. Está también por ver que el Gobierno, desconcertado, sepa aprovechar la oportunidad que el gran empresariado español le brinda. A Zapatero también se la facilitaron y “no supo, no pudo o no quiso aprovecharla. Y eso tuvo coste para el CEC”. Efectivamente, lo tuvo.

Fuente: elConfidencial.com
Informme: Corralito en los bancos?.

Publicar un comentario

0 Comentarios