Gobierno griego saliente se lleva hasta los productos de limpieza

Los cambios de Gobierno no suelen ser suaves ni amables en Grecia, y el traspaso de poderes entre el conservador Antoni Samaras y nuevo primer ministro, el izquierdista Alexis Tsipras, parece haber roto los antecedentes.
Los colaboradores del nuevo primer ministro dicen haber encontrada vacío el palacio gubernamental. El equipo saliente se ha llevado los ordenadores, incluyendo por supuesto discos duros y otros archivos digitales, los papeles, numerosos muebles y hasta los productos de limpieza. Según Syriza, no ha quedado nada.
La animosidad de Samaras y la anterior Administración conservadora contra los nuevos dirigentes se puso ya de manifiesto durante la llegada de Tsipras al palacio gubernamental. Contra las normas básicas de cortesía, Samaras no apareció. Se negó a reunirse con su sucesor e incluso a fotografiarse con él. Dadas las circunstancias, fueron auxiliares quienes oficializaron el relevo. Puede ser más exagerado que otras veces, pero no insólito.
“En Grecia carecemos de memoria institucional”, afirmaAlexander Theodoridis, uno de los fundadores de la ONG Boroume (Podemos), dedicada a distribuir alimentos entre las familias más necesitadas, y antiguo asesor de Yorgos Papandreu durante su mandato como primer ministro entre 2009 y 2011, el período en que afloró la deuda oculta de Grecia. “Cada Gobierno empieza desde cero. Cada Gobierno y cada nueva administración incluso a nivel local”, explica Theodoridis. “Desaparecen los contratos y la documentación más básica, no se recibe información, hay que reconstruir los archivos como se puede”, añade.

Ineficacia tradicional en la Administración helena

Dentro de la ineficacia tradicional de la función pública griega, la presencia de funcionarios asegura un mínimo de continuidad en los relevos, que los políticos procuran dificultar lo más que
pueden.
Fuentes de Syriza también hablan de anomalías presupuestarias, como la pérdida de fondos europeos por carencia de proyectos concretos para su uso (algo corriente en casi todos los países) o elmovimiento no justificado de fondos entre distintas partidas.
No parece probable, sin embargo, que aparezcan agujeros significativos más allá de los ya anunciados, entre ellos un déficit de 1.400 millones en la recaudación fiscal causado por un repunte del fraude y, sobre todo, por la contracción de la economía en los últimos años. La nueva Oficina de Control Presupuestario, independiente del gobierno y creada por exigencia de la Troika de acreedores, ha realizado hasta ahora un trabajo que los organismos internacionales consideran fiable.
(Tomado de El Mundo

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